El Carpintero de las Tunas: Richi

Había una vez, en una pradera de mezquites y huizaches, no muy lejana de un pequeño poblado, un grupo de pájaros carpinteros, vivían en armonía con la naturaleza y otros animales del lugar.

En el ranchito su población, se dedicaba a la agricultura de maíz y frijol principalmente, tenían un huerto grande de nopales, al cual le llamaban "La nopalera", cada año les daba muchas tunas grandes y frescas para consumir en el lugar, y para salir a las grandes ciudades a vender las mismas. Algunas familias se sostenían con la venta que les generaban las tunas cada año, cuando llegaba su tiempo.

En aquella colonia de pájaros carpinteros, tenían pocas reglas de convivencia, pero muy claras:

1. No salir de noche y siempre llegar a casa.

2. No ir al poblado de los humanos nunca, bajo ninguna circunstancia.

3. En las frutas que brinda la naturaleza, abrir solo las necesarias para el consumo del día.

4. Evitar en todo lo posible, desplazarse o descansar en el suelo debido a los depredadores.

5. Y la última regla y la más importante: No picotear el árbol "Palo Amarillo" porque está hechizado, y te volverás loco (yo creo que eso le pasó al pájaro loco, no sabía esta regla muy importante).

En la colonia de aves, había un pájaro carpintero llamado Richi, el cual es muy alegre, bondadoso y servicial tanto para la colonia como para otras aves vecinas. Este se hizo gran amigo de una calandria llamada Sam, en ocasiones exploraban los alrededores juntos, era común verlos entre los arbustos y árboles de aquel lugar.

Richi tenía muy en cuenta siempre las reglas de la colonia, pero había una que le causaba mucha curiosidad; nadie se atrevía a hablar del tema ya sea por ignorancia o respeto a aquel árbol amarillo.

Un día, llegó el tiempo de pitayas, esa fruta exótica y deliciosa que ofrecen los pitayos al inicio de la temporada de lluvias, Richi y Sam salieron al cerrito pelón, se posaron en un pitayo bañado de roció de la mañana, este tenía un par de pitayas reventando de maduras; una de color naranja y otra de un color rojo intenso, que los llamaba a probarlas.

Después de un tiempo disfrutando de aquellos frutos, Sam se queda viendo detenidamente al suelo, en dirección a un arbusto con múltiples tallos y ramas, le comenta a Richi.

—Mira Richi te aseguro que Iván el cuitlacoche está atrapado dentro de ese arbusto.

—No lo creo, verás que en un momento sale —responde Richi acomodándose a un lado de Sam para ver la escena.

—¿Quieres que te diga porque está atrapado? —pregunta Sam en un tono serio y un poco preocupado.

—A ver, dime ¿Por qué? —comenta y pregunta Richi viendo fijamente a Iván.

—Si vez la pitaya en el suelo, está madura pero se ve que tiene un par de días abierta y no se ve que haya probado bocado alguno, está casi completa, seguro lleva un par de días atrapado ahí —comenta su apreciación de la situación.

—!Es verdad!, es una buena teoría, deberías de ser investigador —comenta Richi sonriéndole a Sam.

—Mira entró por la parte de arriba, al pararse en esa rama el peso hizo que pudiera entrar, pero ahora no puede salir —comenta Sam seguro de su sospecha.

—Y si bajas y le preguntas mejor —le pide Richi a Sam —recuerda que yo tengo prohibido bajar a los arbustos y al piso, hasta me da un poco de miedo solo de pensarlo.

Sam baja hasta aquel arbusto, en efecto, confirma que Iván está atrapado hace un par de días, ya no tiene muchas fuerzas de luchar y tratar de salir, está muy triste y no canta más.

—!Oye Richi! Y si bajas y rompes unos cuantos tallos que le impiden salir, sería libre y para ti es pan comido eso —comenta alegremente y sorprendido Sam porque encontró una solución.

—¡Si verdad!, solo que voy a romper una de mis reglas de supervivencia —comenta Richi evaluando la situación.

—!Ándale amigo!, yo te alerto desde aquí con mi canto, estaré vigilando —lo anima su amigo Sam a ayudar al cuitlacoche.

Sin esperar más tiempo, Richi baja hasta el suelo de aquel lugar y sin esperar más, comienza a picotear aquellos tallos del arbusto, logrando romper un par de ellos y liberar a Iván, de inmediato sube con su amigo la calandria, juntos se llenan de sorpresa y alegría, se sentían muy bien con su labor.

El cuitlacoche muy cansado pero feliz, le dio las gracias, partió saltando entre arbustos y volando a su hogar.

Pasaron algunos días, con ello el tiempo de pitayas, ya no había ninguna en aquellos pitayos.

Richi, en su búsqueda de gusanos bajo las tecatas de un mezquite, comenzó a martillar un poco, logra ver entre las ramas de aquel árbol, una jaula trampera de aves con una pitaya muy apetitosa en su interior, entonces recuerda lo que le platicaba Sam sobre ello, debido a que este vio, como en el pasado se llevaron a un par de sus compañeros en ese tipo de casas.

No pasó mucho tiempo, cuando esa pitaya de color rojo intenso atrajo el interés de un cardenal rojo. Se quedó un rato inspeccionando aquel lugar, casi al momento de entrar en ella, Richi picotea tan fuerte una rama en señal de advertencia, el cardenal comprende el peligro y emprende el vuelo, en ese momento llega Sam la calandria a aquel lugar.

—¿Qué pasa Richi?, no te había escuchado tan fuerte —pregunta algo extrañado.

—Mira para allá, ¿es la casa que me hablaste no? —le responde Richi.

—!Es verdad!, esa merita es, mejor vámonos a la nopalera a ver si ya hay alguna tuna buena —le invita Sam.

—Bueno, te acompaño solo un ratito, porque la nopalera está pegada al poblado y tengo prohibido ir tan cerca de los humanos —comenta Richi un poco intranquilo y con una sonrisa forzada.

—Está bien, no pasa nada, yo voy seguido y todo está tranquilo, no entiendo mucho tus reglas pero ya viste que salvaste a Iván, y según tu rompiste una regla y no te paso nada —comenta Sam muy confiado.

—Si verdad, a ver ahora como nos va.

Los amigos se divertían buscando tunas maduras por todos lados de la nopalera, se les hizo más tarde de lo habitual y no encontraron tunas maduras. Richi llegó ya oscureciendo a su hogar, le llamaron la atención y le dijeron la importancia de respetar aquellas reglas.

Al día siguiente, Richi le comenta a su amigo Sam de cómo le fue por llegar tarde a su casa, deciden emprender la exploración lejos del poblado rumbo al cerro para no romper las reglas, sin saber que en la dirección que iban se encontraba un árbol muy grande y muy peculiar, su corteza se desprendía como hojas de papel con una tonalidad amarilla, y su tronco es de color verde.

Sin darse cuenta, los dos amigos se posan en ese árbol tan peculiar, Richi acostumbrado a martillar todo árbol, le da unos buenos picotazos a ese tronco blando de color verde, nota que su martilleo no emite un sonido como en otros árboles y le sale un tipo de jalea de color blanco a aquel árbol. En su vida nunca había visto llorar a un árbol debido a su martilleo, de inmediato sintió que se le comenzó a dormir la lengua y se siente un poco extraño.

Richi le comenta a su amigo Sam que es mejor regresar a casa, deciden volver, en el camino Richi se siente lleno de energía y muy contento, comenzó a reírse sin sentido alguno y a martillar todo lo que se ponía en su camino.

—Vamos a la nopalera, aún es temprano —le comenta Richi.

Ya estando en la nopalera, Richi fuera de si comienza a picotear una gran cantidad de tunas, le calmaban un poco el hormigueo que sentía en su lengua y un sabor amargo que traía desde el cerro.

—Amigo Richi, ya para de hacer eso, estás rompiendo otra de tus reglas de no picotear cosas que no te vas a comer, ¿recuerdas? —le insiste su amigo algo preocupado por su comportamiento —además, ya es muy tarde como ayer y te van a regañar.

Richi no podía parar, se sentía muy eufórico y feliz, no se percató que un par de humanos estaban viendo aquella actividad, le comenzaron a tirar piedras para ahuyentarlo de aquel lugar.

Richi decide regresar cuanto antes con su amigo a casa.

Al día siguiente, llega Sam y despierta a Richi, le comenta que en medio huerto están todas las tunas picoteadas, llenas de moscas y bichos.

—Richi, ayer picoteaste medio huerto de tunas y se están echando a perder, ya están buscando quien hizo eso, tal vez te corran de aquí —dijo Sam muy preocupado —ahora comprendo tus reglas y lo que pasa si no las cumples; una te lleva a otra, y esa otra a otra, hasta que se hace muy grave la situación.

—¡No sé qué decirte en verdad amigo!, no me acuerdo de eso —comenta visiblemente confundido Richi —solo recuerdo que en la bajada del cerro me sentía tan ligero y feliz como nunca en mi vida.

—Vi un puñado de gente en el huerto revisando las tunas, las tiraban al suelo de los nopales, se ven muy molestos y gritan mucho —comenta Sam.

Los humanos se molestaron tanto de su gran perdida, que comenzaron a investigar lo había pasado, no tardaron ni un par de horas en averiguar lo sucedido.

Por otro lado, en el árbol del pájaro carpintero, se juntaron todo tipo de aves para reclamar a Richi el enojo de los humanos, porque ahora aventaban piedras a toda ave que ronda cerca de aquel poblado sin deberla, estaban tan enojados que le recordaron esa regla en específico y sus consecuencias.

—Nos has puesto en peligro de muerte muchacho, a todos nosotros y nuestras familias —le gritan por todos lados.

En eso llega el cuitlacoche saltando y volando a toda velocidad.

—Los humanos traen armas, están pensando venir hasta acá, saben que son los pájaros carpinteros los culpables, he escuchado que van a disparar a todo carpintero que vean —comenta Iván muy agitado en su respiración.

—!Ya viste lo que has ocasionado Richi!, ya vienen por nosotros sin deber nada —le comenta su familia moviendo la cabeza en señal de desaprobación, muy tristes y asustados.

Richi es consciente ahora de todo el mal que ha ocasionado, por no cumplir con las reglas de su colonia, ahora sabe que ha puesto en peligro de muerte a toda su familia, compañeros y vecinos. Le invade un sentimiento de decepción, culpa y temor por la situación, decide emprender el vuelo rumbo a aquel huerto de tunas.

Todas las aves no saben ahora que le pasa, ni tampoco saben que va a hacer, solo saben que va rumbo al poblado.

Richi llega al huerto de nopales y efectivamente, aquello es todo un caos, tunas tiradas por doquier y larvas de moscas por todos lados. Comienza a revolotear y a volar de manera vertical unos diez metros de altura y regresa en picada a posarse en un nopal, parece que está llamando la atención de los humanos cazadores.

Los humanos lo logran ver, se dirigen con sus armas al huerto de nopales. Richi comienza a picotear sin parar varias tunas como la primera vez, de inmediato se escuchan varios disparos. Con gran destreza Richi se mueve de un nopal a otro, entre las pencas, pero no se retira del lugar, los humanos debido a la gran destreza de Richi, no le pueden cazar.

Sin embargo, Richi no fue a aquel lugar solo para que le disparen los humanos, él sabía que la única salida para salvar a su familia era, que el cayera a causa de una bala en el lugar, esperando que los humanos recapaciten, vean que se han librado del problema y no busquen más culpables.

Su amigo Sam, veía la escena desde lo alto de un mezquite cercano, junto con Iván.

Richi se arma de valor, se queda quieto en lo alto de un nopal, con lágrimas en su cara voltea a ver a sus amigos, sonríe un poco, cierra sus ojos, abre sus alas al viento, siente la brisa correr suavemente por todo su plumaje, comienza a sentir una enorme paz, se había esfumado de su mente cualquier pensamiento.

De pronto, siente una fuerte sacudida en su ala derecha, le hace perder el equilibro y la habilidad de volar, su ala no le responde, no sabe que ha pasado, da maromas por los aires hacia el suelo entre aquellas pencas repletas de espinas.

Mientras cae, escucha un par de balazos, estos habían hecho blanco en su ala.

Richi quedó atrapado en el centro de un enorme nopal, el cual limitaba el ingreso de los humanos, solo le podían ver inmóvil con una de sus alas estirada y varias plumas sueltas en el lugar.

—!Listo!, se acabó el problema, los carpinteros nunca bajan hasta acá, creo que no tiene caso ir a buscarlos, que alguien se quede a vigilar el huerto unos días —comenta una persona ya más tranquila.

Richi mal herido de sus alas, está inconsciente en aquel lugar, después de unos minutos se retiraron las personas, se acercó Sam e Iván para ver qué había pasado con Richi. Se dieron cuenta que estaba con vida pero tenía sus alas lastimadas y no podía volar. Le contaron que los humanos abandonaron su cacería y que de alguna manera había salvado a su familia.

—Amigo, nosotros te vamos a cuidar hasta que te recuperes y puedas volar, aquí te vamos a traer de comer y a visitar en este hueco del nopal —le comenta Iván.

—¡Gracias amigos!, me siento más tranquilo por todos ustedes y mi familia —comenta Richi muy débil —me duele todo.

Pasó el tiempo, Richi se recuperó y regreso con su familia, pero ahora su vida había cambiado para siempre, había probado el líquido del árbol palo amarillo y sus efectos. Lejos de quitarse de problemas apenas comenzaban.

Continua en: Richi y la maldición del palo amarillo.

Mensaje

Richi comenzó a romper las reglas de su comunidad una a una, sin darse cuenta una le llevaba a otra, hasta que se vio envuelto en una situación que ya no podía controlar.

En la vida diaria es muy similar, si te dejas llevar por malas amistades comenzarás a llegar muy noche a casa, a tomar alcohol, a buscar placeres, y finalmente terminarás en las drogas; una cosa te lleva a otra, y a otra, hasta que es demasiado tarde y ya has perdido el control de tu vida. Ahora dependerás de gente externa que te pueda ayudar a salir adelante con mucho sacrificio.

Cuando puedas da buenos consejos a tus hijos, amigos y amistades; para ayudarles cuando aún no caen en estos problemas, porque después ya es muy tarde y complicado que te puedan escuchar.


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Cuento creado por: Ing. Mauricio López García (LaChayra)

Ilustraciones creadas con tecnología de DALL·E 3


Ilustrando un poco


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La pitaya es una fruta exótica muy rica y nutritiva. Se da en el cactus llamado localmente como pitayo; nombre científico "Stenocereus", corresponde a la familia de los cactus.Las pitayas están cubiertas de espinas en todas direcciones, estas son una característica muy peculiar de esta fruta. Cuando no están maduras su corteza es color verde y su interior de color blanco, tiene muchas semillas pequeñitas de color negro. Cuando están maduras su corteza toma un color rojizo y su interior es de color rojo vibrante o bien de color naranja o purpura.

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La pitahaya, también conocida como fruta del dragón, es una fruta exótica muy rica y nutritiva. Se da en el cactus llamado localmente como tasajo; nombre científico "Hylocereus", este tipo de planta es trepadora, le crecen brazos que van trepando sobre troncos de árboles o paredes. Las pitahayas no tienen espinas a pesar de venir de un cactus que, si las tiene. Su superficie está marcada en forma de escamas. En su interior, la pulpa puede ser blanca, roja, o púrpura, y está llena de pequeñas semillas negras comestibles. Las pitahayas con el interior de color blanco, regularmente son equiparables a una toronja mediana en tamaño y peso. Hay otro tipo más pequeño, del tamaño de una naranja pequeña y su interior es de color purpura vibrante; mucho más dulce que la anterior.

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La tuna es el fruto del nopal, un cactus característico de regiones áridas. Es una fruta ovalada, de piel gruesa y espinosa, que puede variar en color desde verde, amarillo, hasta rojo o morado, dependiendo de la variedad. Su pulpa es jugosa y dulce, con pequeñas semillas comestibles, y se consume fresca o en productos como mermeladas y jugos. La tuna es rica en fibra, vitaminas, y antioxidantes, siendo un alimento tradicional en muchas culturas, especialmente en México, donde se le valora tanto por su sabor como por sus beneficios para la salud.

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El pájaro carpintero es un ave conocida por su capacidad única de perforar la corteza de los árboles con su fuerte y puntiagudo pico, en busca de insectos para alimentarse o para hacer nidos. Su plumaje varía según la especie, pero comúnmente presenta colores contrastantes, como negro, blanco y rojo. Su cabeza suele ser de un color vibrante, a menudo rojo, y está diseñada para absorber el impacto repetido de su picoteo. Estas aves tienen una lengua larga y pegajosa que les permite extraer insectos de los agujeros que crean. Además, sus patas fuertes y garras afiladas les permiten aferrarse a la corteza mientras trabajan, y su cola rígida les sirve como apoyo mientras están en posición vertical. El pájaro carpintero es una figura clave en los ecosistemas forestales, ya que ayuda a controlar las poblaciones de insectos y a crear cavidades que otras especies pueden utilizar como refugio.

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La calandria dorso negro es un ave no migratoria. Los machos y hembras son de color naranja intenso, los juveniles a diferencia son color amarillo claro. La garganta es color negro. Su cabeza y nuca son de color naranja (adultos)Su dorso, alas y plumas de la cola son negros intensos. En sus alas, se pueden observar rayas blancas fuertes que parecieran ir hacia abajo y asimismo, en la altura de sus hombres una banda naranja. Su rabadilla (revisa la imagen anterior) es color naranja Tiene una coloración negra entre la base del pico y su ojo (Lorel) Su pico es fino y de color oscuro. Sin embargo, en la base notaras una coloración clara o gris. Llega a medir entre los 25 a 28 centímetros. En Chiapas y Tabasco, es común ver a esta ave cerca de las zonas de ganadería y arroyos. Esta ave se alimenta principalmente de insectos y pequeños frutos, como las bayas. Estos los busca de manera muy activa en los árboles y en ocasiones, sobre los cables de luz. De igual forma, es común verlo construir nidos en forma de bolsas alargadas sobre cables de luz, dentro de las ciudades.

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El Cuitlacoche pico curvo o desértico, es un pájaro de tamaño mediano, con una longitud de aproximadamente 25 a 28 centímetros, que se caracteriza por su distintivo pico largo y curvado hacia abajo, ideal para explorar el suelo y la hojarasca en busca de insectos y otros invertebrados. Su plumaje es predominantemente de color marrón grisáceo en la parte superior, con un vientre más claro y manchas oscuras en el pecho, lo que le proporciona un excelente camuflaje en su entorno natural. El cuitlacoche es conocido por su canto variado y complejo, que puede incluir la imitación de otras aves y sonidos del entorno. Esta especie es nativa de las regiones áridas y semiáridas de América del Norte, especialmente en el suroeste de los Estados Unidos y el norte de México, donde se encuentra en hábitats como matorrales desérticos y chaparrales. Es un ave territorial, que a menudo se observa sola o en parejas, y es particularmente activa durante las primeras horas de la mañana y al atardecer. Su comportamiento y canto lo hacen un ave fascinante y un símbolo de los desiertos donde habita.

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El cardenal, conocido científicamente como Cardinalis cardinalis, es un pájaro de tamaño mediano que se destaca por su brillante plumaje rojo, lo que lo convierte en una de las aves más reconocibles en América del Norte. Los machos presentan un color rojo intenso en todo su cuerpo, mientras que las hembras son de un tono más apagado, con plumaje marrón rojizo y algunas áreas de color rojo en las alas, la cresta y la cola. Ambos sexos tienen una cresta distintiva en la cabeza y una máscara negra alrededor del pico, que es corto, grueso y de color anaranjado, ideal para romper semillas. El cardenal es conocido por su canto melodioso y variado, que utiliza para comunicarse y defender su territorio. Habita en una variedad de entornos, desde bosques y matorrales hasta jardines urbanos, donde se alimenta de semillas, frutas e insectos. Es un ave territorial y se puede ver a menudo en parejas o en pequeños grupos durante todo el año.

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Conocido comúnmente como “Palo amarillo”, “árbol lechón” o “papelillo amarillo”, éste árbol de características de copal como lo es su textura de fino papel en su corteza, solo crece en condiciones de altura y humedad específicas, por lo que solo pueden ser observados en elevaciones rocosas semi áridas.